Reducimos la sed del planeta con energía solar fotovoltaica.

La tecnología avanza cada día y supone nuevos descubrimientos dando paso a mejoras en diferentes aspectos. Con los nuevos estudios de modelización realizados, específicamente en la llanura de la costa del Mar Rojo de Arabia, los científicos, dirigidos por Georgiy Stenchikov, han determinado que se puede modificar el ecosistema con la instalación de gran cantidad de paneles solares. La temperatura de la tierra se regula por varios factores, uno de ellos es el albedo, que es un parámetro que determina el porcentaje de radiación que absorbe la superficie terrestre. En la zona de la costa del Mar Rojo, existe una gran cantidad de radiación, por lo tanto el ecosistema se encuentra alterado dejando así un gran porcentaje de agua suspendida en forma de vapor, se ha determinado que al menos un 0.7 teratones de agua se pierde cada año, ya que no regresa a la tierra por la escasez de precipitaciones a causa de los altos niveles de radiación.

Luchar contra la sequía con grandes proyectos fotovoltaicos.

Se ha determinado que la instalación de gran cantidad de paneles solares cerca del Mar Rojo puede cambiar el ecosistema ya que la energía fotovoltaica, su objetivo principal es absorber la radiación en zonas determinadas alterando la circulación del aire en la costa, suponiendo una mezcla favorable del vapor de agua y generando así la lluvia necesaria para recuperar el ecosistema y favorecer el medio ambiente.

Entonces la participación de la energía fotovoltaica con los paneles solares pueden cambiar el ecosistema actuando como“rainmaker” o “hacedor de lluvia” en español.
En la Península Arábiga se pierden alrededor de 700 mil millones de toneladas de agua cada año, por lo tanto la instalación de paneles solares y la absorción controlada del albedo de la superficie de la costa puede ofrecer resultados sorprendentes. Los estudios de modelización climática de Georgiy Stenchikov, determinaron que la instalación de paneles de energía fotovoltaica cambiará la admisión de la energía en la superficie terrestre favoreciendo la circulación del aire mejorando el ecosistema, generando así toneladas de agua que equivalen al consumo de 5 millones de personas en un año.